Maneras de escuchar Alma de León.

Allá por 2006 tuve mi primer contacto con algo que no era una radio normal de las que traen los walk mans, los equipos de música o los coches. No me llamó mucho la atención, la verdad, pero las cosas pasan por algo.

Me propusieron participar en unas pruebas de emisión aportando mis conocimientos sobre música y mis dotes para comunicarme con artistas para conseguir permisos, entrevistas y cuñas para la emisora.

En ese momento, sobre noviembre de 2006, pensé en hacer un programa de radio dedicado al reggae y a la música jamaicana hecha en España. El nombre que le puse fue La leonera.

Tan solo se emitieron un par de programas, lo suficiente para que llegara a un puñado de oyentes que provocaron que se pidiera más reggae en la radio en la zona de emisiones.

Tras aquella primeras emisiones de un proyecto que se prolongó durante unos cuantos años, fui descubriendo más sobre lo que a muchos de los que oyen la radio se les escapa: el cómo es posible que llegue la señal a sus equipos.

Es un trabajo de muchas personas y requiere unos determinados medios técnicos para que llegue a tu oidos a través de las ondas sonoras propagadas por implusos radioeléctricos una señal que se emite en otro punto.

Ese trabajo pasa por diferentes fases como es la creación del contenido, el procesado del audio para que salga a través de la antena por medio del excitador de onda que va conectado al emisor.

Seguramente, querido lector, si no tienes algún conocimiento técnico, te habrás perdido en estos párrafos. Lo siento mucho, no era esa mi intención.

Retomando el hilo conductor del tema, casi por las mismas fechas que dejaba de emitir La Leonera, en Radio Nacional de España Radio 3 echaba a andar un programa llamado Alma de León con un nombre y un enfoque muy similar al programa que yo había creado pero con muchos más medios técnicos y humanos y formación más avanzada en procesamiento de audio que la que nosotros podríamos haber ni tan siquiera soñar.

Desde el momento en el que escuché por casualidad Alma de León, me enamoré del programa. Fue durante uno de mis primeros escaneos con conciencia de radioescucha en busca de espacios libres para hacer pruebas y para ver qué se cocía en las demas emisoras del dial. El poner aquellas canciones que tan bien conocía y tanto me gustaban me hicieron dejar quieta la ruleta para percibir mejor la señal y el contenido.

Rápidamente me quedé con el timbre de la voz del OM que presentaba el espacio, un tal Miguel Caamaño, que hasta ese momento era un desconocido para mí.

Escuchando Radio 3 desde 1999, por los contenidos, conocía bastante bien la programación las voces y aquel programa y aquella voz eran algo nuevo y diferente. Algo nuevo y diferente en la línea en la que yo quería un programa de radio.

Aquella voz formal, correctamente modulada y técnicamente perfecta en dicción consiguió que apuntase en mi agenda un día, una hora y una frecuencia para volver a monitorizar el programa y "captarlo mejor".

Para aquellas primeras escuchas utilizaba la radio del coche con aquellos inolvidables altavoces de serie meio cascados, pero poco a poco fui empezando a conocer más sobre la radiodifusión los medios de escucha y el hobby de los radioescuchas.

Pero fue a partir de 2010 cuando ya pude conocer que había más radio aparte de la FM comercial y la AM. Pude experimentar de primera mano lo que suponía la comunicación directa por este medio y pude aprender que la tecnología de la telefonía, la televisión y hasta Internet venían de un invento en común que a principios del siglo XX revolucionó la manera de comunicarse de la humanidad.

El calor de la radio en las noches de los viernes de 2010 en aquella Sierra de Córdoba, a escasos 2 km del repetidor de RNE, será una de esas cosas que me llevaré al otro mundo. De una de las veces que pasamos por la puerta del repetidor, tengo una foto con un micrófono de mano de Banda Ciudanada hecha en febrero de 2011.

Durante el año 2011 tuve el privilegio y enorme suerte de conocer a dos de los mejores radioescuchas de España de los que aprendí aún más sobre el arte de "escuchar" y de los mecanismos que son más complejos que los simples receptores domésticos.

Me entró el gusanillo de escuchar con un aparato de estos con antena exterior  y por casualidad, conocí a alguien que me dejó uno para probar y me "encapriché" y me lo quedé. Me hice una discono casera cutre con esquemas de Internet que me duró dos días (mástil al suelo, por no tener abrazaderas de metal sino cuerda negra de esta de plástico).

Con escáner y con antena exterior, nada de escuchar otras cosas, yo a escuchar Alma de León, para variar. Pero por otro lado también evolucionaba la radio a través de Internet.

La sincronización de datos por Internet hizo que se pudiera escuchar la radio sin necesidad de receptor en otros lugares donde no se podía recibir la señal. Con un pop up sencillo, tienes al alcance a todas las emisoras de radio de RNE aparte de Radio 3.

http://www.rtve.es/alacarta/live_radio_PopUp.shtml?id=3342&v=undefined&vp=&lang=es

Y a la par, se formalizó el uso de los programas en formato de mp3, lo que se conoce como "postcads", que facilitaban mediante descarga escuchar el programa en cualquier dispositivo que reproduciera mp3 cuando se quisiera sin necesidad de recurrir a las grabadoras de ningún tipo.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/alma-de-leon/

Aunque el calor de una radio no lo sustituye ningún reproductor digital, no hay que quitarle su mérito a los avances.

Poder escuchar la radio en un antiguo aparato de válvulas, con sus años, te da una visión diferente de los contenidos. Te aporta incluso una sensación de cercanía con los locutores difícilmente explicable.

Pero la cosa no se queda ahí. Hay algo más antiguo para escuchar la radio. Las antiguas radios de galena auto construidas. 

Estas primitivas radios se montaban a partir de unos kits que se comercializaban hasta algunas veces de manera clandestina ya que el acceso a las comunicaciones por radio estaban restringidas bajo sanciones y tan solo se daban licencia para los aparatos en contadas ocasiones.

Para los que no sepan lo que es la galena, es un mineral mezcla de azufre y plomo con propiedades físicas para la captación de frecuencias de ondas de radio.

Por el bajo coste de las radios de galena, su tamaño moderado y por el hecho de no ir alimentadas de energía (ni electricidad ni pilas), fue la manera más fácil de acceder a las primeras emisiones radiofónicas no solo en España sino en el mundo.

En el link inferior puedes escuchar el último postcad de Alma de León.

Tal vez de las últimas innovaciones para oir la radio sea la incorporación de aplicaciones para terminales móviles como teléfonos 3G y 4G como los iPhones y aquellos que llevan sistemas operativos como Linux, Android o Windows, los conocidos como smartphones, vaya.

Disponible para descarga gratuita, estas aplicaciones son hoy por hoy imprescindibles para aquellas personas que quieran disfrutar de los contenidos de sus emisoras preferidas sin complicarse demasiado y contando con ventajas como:

- Acceso fácil a los postcads.

- Opción de radiodespertador en sus teléfonos.

Pero parece mentira que cuanto más se avance en las comunicaciones menos sepamos de cómo funcionan. Es curioso, pero hay gente que a pesar de todo, se piensan que un programa radiofónico solo es el locutor o speaker (espiguer, como decían en la década de los 40 del siglo XX).

Para los que no lo sepan, he de decir que el locutor es solo la "voz", pero que hay detrás mucha gente. De hecho, para que el programa Alma de León salga al aire se necesitan muchas manos:

El tiempo en el que solo había trabajando una persona a cargo de contenidos, aparatos de emisión y locución se perdió en la noche de los tiempos. Ya hubiese querido EAJ24 Rafael López Cansinos contar con los medios técnicos que hoy tenemos para su Radio Córdoba.